Roberto Alí Macías es conductor de ambulancia. Tiene 60 años y hace 8 que trabaja en la urgencia del Cesfam Tucapel. Dice que le gusta su pega, que se siente útil para la comunidad y que gracias a su trabajo ha podido sacar adelante a su familia con la que vive en su casa en Hualqui. De Hualqui al Cesfam Tucapel es un tramo de viaje considerable, pero siempre al pie del cañón don Roberto no falla a menos que algo grave le pase.
Durante octubre del 2020, eso grave que podía evitar que don Roberto faltara a su trabajo, pasó. Como a la gran mayoría de los que se han contagiado, no sabe cómo, no sabe cuándo, ni menos sabe dónde. El Covid-19 lo golpeó fuerte a él y toda su familia. Roberto Macías, el conductor de ambulancia del Cesfam Tucapel fue el que se llevó la peor parte. Los recuerdos son difusos y difíciles pero a su mente siempre vienen un montón de tubos. A él no le pueden venir con cuentos de los chips 5G, de que el coronavirus es un invento. Él lo padeció y no se lo da ni a su peor enemigo.
Enemigos no tiene en todo caso. Es muy querido y valorado por su pares y colegas de trabajo, quienes no pararon de tenerlo presente en sus oraciones enviándoles fuerza para su recuperación. Luego 25 días de lucha y al mejor estilo de Muhammad Alí, haciendo honor a su segundo nombre, Roberto Alí Macías salió del hospital y junto al apoyo de su familia se sometió a un largo proceso de recuperación. Sus hombros quedaron resentidos y ese leve problema cardíaco que tenía antes de virus, se agudizó.
Esta semana y después de empezar a sentirse inquieto en su casa, don Roberto se reincorporó a sus funciones. Volverá a tomar las llaves de su ambulancia dispuesto a trabajar por el bienestar de salud de los habitantes de Concepción. Hoy justo en su regreso, recibió la medalla “Héroes de Pandemia” que entrega la Universidad San Sebastián, en representación de todos los funcionarios de salud primaria de Concepción que han sido pilar fundamental en emergencia sanitaria. También recibió el cariño y reconocimiento de sus jefaturas, desde el alcalde Álvaro Ortiz, la directora Das Rosario Bustos y del director del Cesfam Tucapel, Rodrigo Placencia.
Y merecido lo tiene. Porqué hay que ser un héroe para dejar el temor atrás y volver con una sonrisa a trabajar por la salud de otros con la fe y esperanza de que nadie más tenga que pasar por los tubos y una larga recuperación tras mirar de frente a la muerte.